Como esclavo me vendieron
y ya no estaría encerrado,
ni en una urna mostrado
como muchos allí siguieron.
La alegría de la casa era
y cuánto cariño allí sentía
de diciembre a primavera.
Eran mi familia, mi hogar
y hasta mi amo me quería.
Pronto empecé a molestar
y nunca supe por qué motivo.
Solo quise a todos agradar
Solo quise a todos agradar
y ser como un hijo adoptivo.
Nunca me atreví ni a ladrar.
Fui muy noble y no agresivo.
Ahora me quieren dejar
y ya no sé ni por qué vivo.
Un día muy hermoso de verano
cuando me bajaron de su coche,
pensé que era un juego, fue en
vano
y allí esperé, sin ningún
reproche.
Pasaban los días y ya no volvían
mientras yo seguía aún esperanzado
mi corazón y el alma se me morían
al verme triste, solo y
abandonado.
Tal vez el motivo por el que a algunos sólo le gusten los perros y ningún animal más sea porque son incapaces de mostrar siquiera un ápice de la fidelidad que tiene tan noble animal.
ResponderEliminarPrecioso poema.
Un saludo.