Más de mil gaviotas volaban
porque no encontraban la
costa.
La Luna y el Sol se ocultaban.
Parecía que lo hicieran a
posta.
Miles de peces se escondían
cuando mil gaviotas
divisaron.
Y todos los peces que huían,
sus noches y días acabaron.
Si el Sol no se hubiera
ocultado
y al mar la Luna diera su
reflejo,
esa tierra hubieran
encontrado
y los peces salvado su
pellejo.
Qué mal lo pasaría la nube
aquella
cuando de una pesadilla
despertaba.
Vio a los peces y a esa Luna
tan bella
y los salvó cuando ella se
apartaba.
Y así se pudo la bella Luna asomar
cuando el Sol llorando ya se ocultaba.
La Luna dio todo su brillo
para el mar
y su reflejo a esos peces los
salvaba.
(A. S. Pérez)
El estar en el justo momento y en
el lugar oportuno, puede hacer cambiar cualquier acontecimiento tanto de
forma positiva, como negativa. Un simple segundo, puede dar un giro
radical a nuestras vidas. Os dejo este pequeño poema cuento que trata
sobre este tema.