Cuando una vida
se llena de otoño,
deja su mirada
en algún lugar...
Y queda como casi encantada,
como en espera de ser atendida,
porque inquietante,
se ve naufragar.
Y llega el invierno,
que acecha con frío,
que en sus largas noches,
invita a pensar...
Y nace un misterio
que llega del alma,
que llena de calma
y vuelta a empezar.
Y pasan los días,
algunos felices,
que dan directrices
de cómo actuar.
Se llevan los fríos,
se acercan calores,
ya brotan las flores.
¡Qué primaveral...!
(A. S. Pérez)