Buenos días caballero.
Buenos días tenga usted
¿Qué le sirvo, té primero
o prefiere un buen café?
Buenos días camarero.
Buenos días tenga usted.
Un momento que lo pienso
y le cuento, siéntese…
Paseando por la calle
hasta a mi llegó el aroma.
Y sin mirar con detalle
el olor casi se asoma...
Yo venía con la idea
de tomar un buen café,
para probar en persona
y en persona darle fe,
que la tensión no perdona
y por eso pido un té.
Desde luego caballero.
Enseguida lo tendrá.
En su mesa ¿con tostadas
o mejor con un croissant?
Tomaría camarero,
la tostada sin tostar
o mejor sin la tostada,
solo agua a calentar.
Me parece caballero,
que si no quiere café
¿o no tiene usted dinero
o es que trae el sobre del té?
Acertó a la primera.
¡Ay que listo que es usted!
No sé como es camarero
Pues tendría a su merced,
ser un rico banquero,
quizás conde o un marqués.
Pues perdone que le diga,
años llevo, ya lo sé.
Ya me lo dijo una amiga
“Vales mucho tú, José”
Ya no pase por taquilla,
yo le invito a su café,
tostadas con mantequilla
y si quiere, luego un té.
Y mañana en calderilla
o con visa pague usted.
Y mañana en calderilla
o con visa pague usted.
Yo lo acepto de buen grado,
sepa que no va a perder.
Que por cada café tomado
La gente va a comprender
que si no voy a otro lado,
es por sentir el placer
del mejor café probado
nada más amanecer.
Muchas gracias camarero.
Buenos días tenga usted.
Mañana será otro día y espero
pedir y pagar primero
¿O lo dejo a su merced?
Como quiera caballero.
Si mañana paga usted,
traiga dinero, mucho dinero
para beber con esmero
y hasta que calme su sed.
Pero traiga, traiga dinero
que me debe usted el café.
Európides
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