Ya no eres niña mujer,
eres el fruto prohibido,
eres quien ha de querer.
Corazón con su latido.
Conservas aquella belleza
con la que de niña contabas,
has vivido amor, tristeza
y has estado enamorada.
Has derrochado cariño,
has demostrado por nada
que tu amor por ese niño,
Ilumina tu mirada.
Has descubierto un tesoro,
has compartido tu almohada,
diste amor como el oro,
cual diamante es tu mirada.
Mujer que tanto me has dado,
dame tu sombra y tu aliento,
que me harás feliz a tu lado
y juntos, pararemos los vientos.
Porque el amor es tan grande,
que cambia los fundamentos.
Comparte el tesoro conmigo,
quiero sentirte a mi lado.
Por siempre seré tu amigo.
Por siempre ese aliado
que en ti no veré tu vida
ni miraré ese pasado.
Sólo sabré lo que anida
en el presente y a tu lado.
Európides