domingo, 30 de octubre de 2011

Voces de pobreza




Oigo voces tristes que vienen del cielo.
Veo un río de sangre aparecer.
Río que rompe la tierra y sale del suelo.
Llamas infernales al amanecer.

Oigo gritar a la gente por sus males.
Veo a potentados de la lluvia huyendo.
Auténticos poderosos y viles criminales
Ácido que quema y les va corrompiendo,
.
Oigo a veces suplicarles para que alimenten,
 a pueblos y personas olvidadas a su suerte.
Veo derrochar a los que jamás ni advierten,
que padecerán mil rencores tras su muerte.

Oigo lamentos que nadie parece escuchar.
Veo cruel impasibilidad de los poderosos.
Todo cambiaría si todos quisieran dar,
lo que les sobra y les haría más honrosos.

No dejéis que pasen hambre y sigan muriendo.
No los olvidéis nunca ni miréis para otro lado.
Oigo voces que dicen que morirán padeciendo
y veo a un ser mezquino en ti por todos odiado.

Oigo lamentos que irán desapareciendo.
Y si tu bondad llega, veo alegres corazones.
Almas que poco a poco te irán queriendo.
Inocentes que rogarán por ti diez mil perdones.

Európides




2 comentarios:

  1. Es curioso que en el mundo hay mil millones de personas que pasan hambre y dos mil millones padecen obesidad. Curiosos números parece que algunos se comen lo de los otros. Como siempre la avaricia y la gula como bandera del ser humano.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  2. Hola Carlos.

    Además de una mala distribución de los recursos, existe lo que has mencionado, ese ansia de poder que mueve a los países desarrolados, olvidando a los que desgraciadamente no tienen nada.

    El valuarte que tienen los países ricos, sigue siendo su codicia y avaricia, no dando nada si no hay una razón que les lleve luego a beneficiarse, por lo qeu miran para otro lado y se olvidan de los miles de personas que mueren cada día de hambre, de sed o de enfermedades que con atención, podrían haberse evitado.

    Mi intención no era hacer un poema, sino una sátira reivindicativa en contra de los que mueven los hilos y tienen en su mano el poder, para poder acabar de una vez por todas con este grave genocidio permitido por la humanidad y del que parece a nadie importarle.

    La humanidad entera debería de ser consciente de lo que pasa en la actualidad y tratar de hacer algo. Pero pasan el tiempo y todo sigue igual, siendo para muchos, tarde ya...

    Un abrazo.

    ResponderEliminar

Dímelo aquí

LLENARSE DE OTOÑO

Cuando una vida  se llena de otoño,  deja su mirada  en algún lugar... Y queda como casi encantada,  como en espera de ser a...